Formas musicales barrocas II y III
II.
Las obras basadas en corales, eran cortas y estaban basadas en textos religiosos. Su interpretación debía ser sobria, elegante y pausada. Se trataba casi de una oración musicalizada. Los períodos, unas frases musicales, la desarrollaban y estaban encadenadas por calderones y respiraciones del coro completo (respiraciones corales). El uso adecuado de esos arcos melódicos (que no debían ser bruscos), de los calderones y las respiraciones, proporcionaban a la obra su espiritualidad y atmósfera propias.
III.
El preludio y la toccata pertenecen a las formas instrumentales y tienen una relación muy estrecha.
El preludio tiene su origen en la improvisación, mediante la cual se le indicaba al sacerdote o al coro la altura, tono, modo… para cantar. Este tipo de improvisaciones breves son los primeros ejemplos de música para teclado, meramente instrumental. Los preludios frecuentemente contenían una o dos florituras virtuosísticas.
Esto llevó a la toccata, más extensa que el preludio, que está dividida en diferentes secciones, que tienen como fin lucir las cualidades del intérprete y de su instrumento.
Se puede observar el origen improvisado de estas formas musicales en los preludios franceses sin indicación de compás. No obstante, el nombre ‘preludio’, también se usaba para denominar cualquier pieza introductoria, como los cuarenta y ocho preludios y fugas de El clave bien temperado de Bach. La toccata se convirtió en sinónimo de moto perpetuo.
Sugerencias de interpretación
Los Pasajes y secciones de una toccata o un preludio que carezcan de un tema claramente definido, o que en su mayoría estén compuestos de florituras, se tocarán con ritmo poco preciso.
Aquéllos que por el contrario tengan temas definidos tendrán un tempo fijo, que se mantendrá mientras dure el tema.
El efecto que el intérprete debería conseguir en las secciones más libres, es el del encuentro del camino hacia una idea temática más positiva, mientras que en las partes más estrictas, debería tratarse de una exploración de la belleza y de las posibilidades de esa idea temática. El intérprete debe tener en cuenta las funciones de las diferentes secciones, para poder así mostrar su interrelación o el contraste que existe entre ellas.
Girolamo Frescobaldi indica en los prefacios de las Toccate e partite (1614) y de Il primo libro de capricci (1624) cómo interpretar dichas formas musicales:
El tempo de una toccata no es constante de principio a fin (como el de un madrigal). Cuando una obra es demasiado larga, las secciones independientes se podrán tocar por separado, siempre y cuando terminen en la tonalidad en la que empezaron.
Las tocatas compuestas para clave empezaran muy lentamente y los acordes se tocarán arpeggiando, compensando así la falta de resonancia del clave. También los retardos y disonancias se tocarán mediante el arpegio. Este tipo de arpegio consistirá en la repetición lenta y meditada de cada nota del acorde.
Por ejemplo el principio de la Toccata número 7 de Frescobaldi:
El intérprete deberá detenerse en la última nota tanto de trinos, como de pasajes virtuosísticos, evitando de esta manera la confusión de un pasaje con otro.
Se utilizará el ritardando para los finales de las secciones musicales. Estos finales estarán indicados en las dos manos con acordes de blanca. Un trino no debería coincidir nota por nota con un pasaje de la otra mano. Cuando un pasaje tenga en una mano corcheas y en la otra semicorcheas, no se tocará demasiado rápido, y el ritmo de las semicorcheas se modificará hasta quedar aproximadamente:
Cuando en un pasaje aparezcan semicorcheas o fusas en ambas manos, será conveniente que el intérprete se detenga en la nota anterior un poco, y luego tocará el pasaje con decisión.
Las secciones que tengan notas de un valor pequeño u ornamentos expresivos se tocarán más lentamente, mientras que las secciones más sencillas se tocarán más rápidamente.
Existen también los preludios no medidos. Éstos consistían en sucesiones de redondas, sin barras de compás. La interpretación rítmica se dejaba a la elección del intérprete.
Estos preludios provienen de piezas similares para laúd. Y éstas a su vez imitan a las improvisaciones que los laudistas hacían para afinar su instrumento, familiarizarse con el entorno y establecer la tonalidad, o incluso el modo. Por tanto la interpretación de estos preludios no será repetible de manera igual.
Sugerencias de interpretación para los preludios no medidos:
Las redondas representan a todas las notas. Si aparecen notas más breves, no se tomará su valor de forma estricta, ni en relación con otras notas. Las alteraciones accidentales generalmente se aplicarán a la nota a la que precedan. Se seguirá el orden impreso de las notas.
Las alineadas verticalmente, se tocarán conjuntamente, a excepción de las ornamentaciones, ya que éstas suelen coincidir con el pulso, desplazando así la principal de su previsible posición.
Las ligaduras tienen tres funciones diferentes:
- Frasean conjuntamente un grupo de notas.
- Señalan una apoyatura.
- Señalan que una o varias notas deben mantenerse mientras dure la ligadura.
Lo primero que debe hacer el intérprete para interpretar la obra es establecer cuál es la estructura armónica del preludio. Diferenciará entre las funciones de las notas de la mano izquierda, es decir, que determinará si son:
- el bajo de la armonía,
- apoyaturas del bajo,
- notas del bajo melódicas u ornamentales,
- una voz interior de un acorde arpegiado o una voz interior (como la voz de tenor).
Después se analizarán los elementos melódicos y decorativos. Para ello el intérprete deberá distinguir entre las funciones de las notas de la mano derecha y establecerá si se tratan de:
- partes de soprano melódicas o decorativas,
- apoyaturas, una voz interna (como la contralto),
- partes de un acorde arpegiado o partes de un arpegio decorado.
Por último se proporcionarán los ritmos y frases que le faltan al preludio. Para esto se tendrá en cuenta que:
- un preludio suele tener un tiempo constante,
- puede variar la duración de los compases,
- los valores de las notas deberán mantener un equilibrio entre variedad y regularidad,
- se mantendrá siempre la estructura armónica,
- se deberán reflejar las cambiantes tensiones contrapuntísticas entre la voz de soprano y el bajo (asimismo las funciones del resto de notas de mano derecha e izquierda),
- los pasajes secuenciales suelen seguir patrones rítmicos regulares,
- un grupo de notas por grados conjuntos suele indicar una floritura,
- probablemente la segunda nota de una pareja de notas iguales estará acentuada.
Hay que tener en cuenta que los preludios no se deben tocar apresuradamente. La interpretación debería ser poética, aunque con una sensación de orden y claridad, propiamente francesa.
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